


Pegatina con ilustración de Victoria Francés y frase de Ovidio: NUMEN INEST.
El Numen podría entenderse como un poder divino que reside en un lugar o una fuerza divina atribuida a los elementos naturales, que aparentemente lo habita todo. Algunos expertos sugieren que el concepto de numen cambió con el tiempo, y pasó de indicar cierto nivel de agencia a significar la presencia de dioses individuales. Quizás su sentido inicial quede más claro en el testimonio de Ovidio, quien nos ofrece una explicación del numen en sus Fastos:
Bajo el Aventino yace un bosque oscuro lleno de olmos;
En su presencia, podrías decir:
'Aquí hay un numen [NUMEN INEST].
No podemos saber si el numen del que habla Ovidio confirma la existencia de una antigua creencia romana en la agencia o afirma que las divinidades habitan en los árboles. Lo que sí sabemos es que la presencia de un numen se fortalecía y aumentaba a través de la relación.
La Tebaida de Estacio (45-96 d.C.) describe cómo la heroína Atalanta consagra un nombre divino a un roble arcadio mediante su adoración:
En los bosques de Arcadia era muy conocido un roble fértil, que ella misma había elegido entre una multitud de arboledas y consagrado a Diana, y mediante su adoración lo había dotado de poder divino [numen].